Ferviente devoto del poder transformador de la música, enfoca al ser humano –al espectador e intérprete– en el centro de su arte. Activista de las estéticas contemporáneas Arancibia busca proponer diálogos culturales a través del arte; considera que escuchar a nuestros compositores es un acto que responde a las necesidades de renovación y reinvención estética en nuestra sociedad. Nacido en Sucre, Arancibia estudió en el Conservatorio Nacional de Música de Bolivia, obtuvo las licenciaturas en Música y Economía en la Universidad Católica Boliviana. El año 2011 ganó una beca Fulbright para realizar la Maestría en Dirección Orquestal en los Estados Unidos. El año 2013 ganó la beca en Michigan State University para continuar con el doctorado y ser Profesor Asistente de Dirección Orquestal en esta universidad bajo la tutela del maestro Kevin Noe.

Arancibia se va estableciendo no sólo como un líder musical de alto calibre, sino como un prometedor talento latinoamericano. Bajo su batuta la Orquesta Sinfónica Nacional sonó “renovada, pulcra en el dibujo sonoro, y comprensiva de la expresión y honda lógica arquitectónica”.

Su carrera como director abarca un gran repertorio de cámara, sinfónico y operístico, logrando no sólo interpretaciones históricamente informadas sino también encarando partituras de encarnizada contemporaneidad.

Líder visionario y propulsor de políticas culturales, junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Bolivia viene afrontando y proponiendo programas innovadores y altamente desafiantes. Es así como Arancibia logró una integral de Beethoven auténtica, un ciclo Tchaikovsky apasionado; de igual manera estrenó en Bolivia los Valses nobles y sentimentales de Maurice Ravel, las Danzas sinfónicas de Sergei Rachmaninov y mundialmente la Sinfonía No. 2 de Alberto Villalpando, trabajo que “puso en evidencia tanto la sensibilidad y profesionalismo del maestro Arancibia, como su sólido conocimiento del estilo y su apego a la partitura”.